| El diario estadounidense Mother Jones pone en la mira el rol de EEUU ante la dictadura argentina. “Un embajador de EEUU reveló que su secretario de Estado Henry Kissinger (en la foto) había incitado a un régimen represivo a desatar una matanza”. Foto: Mother Jones | 
Por David Corn
The Mother Jones
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Hace sólo unos meses, Henry Kissinger estaba bailando un poco raro con Stephen Colbert
 en el programa Comedy Central de este último. Pero durante años, el ex 
Secretario de Estado ha eludido el juicio por su complicidad en las 
horribles violaciones de los derechos humanos en el extranjero, y un 
nuevo documento proporciona una clara evidencia de que en 1976 Kissinger
 dio “luz verde” a la junta militar neo-fascista de Argentina para la 
guerra sucia que estaba llevando a cabo contra civiles y militantes de 
izquierda, hecho que dio lugar a la desaparición -es decir, la muerte- 
de unas 30.000 personas.
En abril de 1977, Patricia (Patt) Derian, una activista de los 
derechos civiles, a quien el presidente Jimmy Carter había nombrado 
secretaria de Estado adjunto para los derechos humanos, se reunió con el
 embajador de EE.UU en Buenos Aires, Robert Hill. Un memo con
 la grabación de esa conversación aparece ahora, desenterrado por el 
investigador Martin Edwin Andersen, quien en 1987 fue el primero en 
revelar que Kissinger había apoyado a los generales argentinos para que 
continuaran con su campaña de terror contra los izquierdistas (a quienes
 la Junta hace referencia habitualmente como “terroristas”).
El documento revela una reunión que Kissinger sostuvo con el ministro
 de Relaciones Exteriores argentino César Augusto Guzzetti, en junio del
 año anterior, y encuentro que fue ratificado por el Embajador Hill a 
Patt Derian. Lo que Kissinger y Guzzetti discutieron ya había sido 
revelado en 2004, cuando el Archivo de Seguridad Nacional obtuvo y 
publicó el memorando secreto de la conversación durante esa tertulia.
 Guzzetti, según ese documento, dijo a Kissinger: “nuestro principal 
problema en Argentina es el terrorismo”. Kissinger respondió: “Si hay 
cosas que tienen que hacer, deben hacerlo rápidamente. Pero usted debe 
volver rápidamente a los procedimientos normales.” En otras palabras, 
sega adelante con su cruzada de muerte contra de los izquierdistas .
El nuevo documento muestra que Kissinger fue aún más explícito en el 
apoyo a la junta militar argentina. La nota que acaba de aparecer 
describe la conversación Kissinger-Guzzetti de esta manera:
“Los argentinos estaban muy preocupados de que Kissinger diera una conferencia criticándolos en materia de derechos humanos. Guzzetti y Kissinger mantenían un muy largo desayuno, pero al secretario no le plantearon el tema. Finalmente Guzzetti lo hizo. Kissinger le preguntó cuánto tiempo le tomaría (a los argentinos) limpiar el problema. Guzzetti le respondió que se haría a finales de año. Kissinger aprobó”.
En otras palabras, el Embajador Hill dijo que Kissinger dio a los argentinos la luz verde.
Esa es una afirmación irrefutable: Un embajador de EEUU reveló que un
 secretario de Estado había incitado a un régimen represivo a desatar 
una matanza.
En agosto de 1976, de acuerdo con la nueva nota, Hill discutió  el 
asunto personalmente con Kissinger, en el camino de regreso a Washington
 después de una reunión en el Bohemian Grove
 de San Francisco. “Kissinger, dijo Hill a Derian, confirmó la 
conversación con Guzzetti e informó a Hill que quería que Argentina 
“terminara su problema con los terroristas antes de fin de año”. 
Kissinger estaba preocupado por las nuevas leyes de derechos humanos 
aprobadas por el Congreso que exigen a la Casa Blanca certificar que un 
gobierno no estaba violando los derechos humanos antes de proporcionar 
ayuda de los EE.UU. Tenía la esperanza de que los generales argentinos 
pudieron concluir su erradicación asesina de la izquierda antes de que 
la ley entrara en vigor .
Hill indicó a Derian, de acuerdo con la nueva nota, que él creía que 
el mensaje de Kissinger a Guzzetti había llevado a la junta argentina a 
intensificar su guerra sucia. Cuando el embajador Hill regresó a Buenos 
Aires se dio cuenta de que los asesinatos habían ascendido tremendamente
 y le dijo a Patt Derian que “si lo citaba el Congreso (de EEUU) él iba a
 contar todo si se le pusiera bajo juramento”. “Yo no voy a mentir”, 
declaró el embajador.
Hill, quien murió en 1978, nunca pudo testificar que Kissinger había 
instado a los generales argentinos, y el gobierno de Carter revirtió la 
política e hizo de los derechos humanos una prioridad en sus relaciones 
con Argentina y otras naciones. En cuanto a Kissinger, se zafó, y él ha 
estado zafándose desde entonces, esquivando la responsabilidad por los 
actos sucios en Chile, Bangladesh, Timor Oriental, Camboya,
 y en otros lugares. Los expertos en estos temas han sabido por años que
 Kissinger, al menos implícitamente (aunque en privado) hace suya la 
guerra sucia argentina, pero esta nueva nota deja claro que él era un 
facilitador del esfuerzo que supuso la tortura, la desaparición y el 
asesinato de decenas de miles de personas. La próxima vez que usted lo 
vea bailando en la televisión, no se ría.
(Traducido por Cubadebate)
| César Guzzetti y Henry Kissinger. Guzzetti fue un marino que, con el rango de vicealmirante, asumió el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto durante la dictadura encabezada por Jorge Rafael Videla. Sufrió un atentado en 1977. Quedó en estado de coma y, tras ser operado en EEUU, quedó mudo y cuadripléjico. Murió poco tiempo después. | 
| El diario Mother Jones trae una grabación de las conversaciones entre Robert Hill, embajador estadounidense en Buenos Aires con el ex canciller César Augusto Guzzetti. Hill informó sobre lo dicho por Kissinger al funcionario argentino en un encuentro con Patricia Derian, activista por los derechos civiles y a quien el presidente Jummy Carter encomendó la secretaría de estado de Derechos Humanos y, como tal, visitó Argentina en 1977. | 
Patricia “Patt” Derian, Robert C. Hill, et. al., and the Argentine dirty ‘war’: Draft MemCon by Martin Edwin Andersen
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