Abdel-Kader Saleh, portavoz de la Coalición opositora externa siria, confirmó que Estados Unidos entrega armas a los grupos que luchan para derrocar al gobierno del presidente Bashar al-Assad.
Esas declaraciones tuvieron amplia repercusión en medios locales 
sirios, los cuales comentan que ello avala la implicación de Washington 
en el respaldo a las bandas mercenarias y su apoyo al terrorismo de 
Estado.
Según las mismas fuentes, Saleh declaró en una conferencia de prensa 
efectuada en la capital estadounidense, que la administración del 
presidente Barack Obama distribuye ayuda no letal y también alguna ayuda letal para la Junta Militar Suprema del denominado Ejército Libre Sirio.
Reveló asimismo que comandantes militares de los calificados 
en Occidente como rebeldes, coordinan con las autoridades de países que 
pudieran participar en la anunciada agresión estadounidense contra Siria, bajo la acusación sin pruebas verificables de presunto uso de armas químicas por el gobierno.
Según Saleh, la Casa Blanca dio luz verde a la entrega de 
equipamiento bélico “porque está segura de que la Coalición Nacional de 
las Fuerzas de Revolución y la Oposición Siria (Cnfros) no permitirán 
que las armas caigan en malas manos”.
El secretario de Estado John Kerry,
 explicó el martes que Washington incrementó los volúmenes de ayuda a 
las bandas mercenarias, sin precisar el tipo ni el monto de dichos 
envíos.
En junio, el Congreso de Estados Unidos abrió las puertas al 
suministro de armamento a los irregulares en esta nación mesoriental.
Las revelaciones sobre el envío de armas para impulsar el 
derrocamiento de un jefe de Estado e imponer un denominado “cambio de 
régimen”, ocurre en momentos en que se confirma un ascenso de los grupos
 terroristas, sobre todo aquellos afiliados a la red terrorista Al 
Qaeda, dentro la llamada oposición armada siria. Congresistas y 
políticos norteamericanos han puesto en duda la efectividad de la 
estrategia de la administración Obama teniendo en cuenta la alta 
probabilidad de que las armas caigan en manos de la red otrora liderada 
por Osama Bin Laden, la entidad a la cual supuestamente combate el 
Pentágono en todo el mundo.
La radicalización del conflicto armado sirio ha llevado al 
incremento de las masacres contra civiles, asesinatos y actos 
terroristas por agrupaciones como el Frente al-Nusra y la denominada 
Estados Islámicos de Irak y el Levante, las cuales pretenden la destrucción del Estado laico sirio y su sustitución por un califato islámico.
Según datos gubernamentales, en Siria luchan en las filas opositoras 
combatientes de 83 naciones, sobre todo del mundo árabe y Medio Oriente.
Este miércoles, el canciller libio, Mohamad Abed Alaziz, confirmó que
 numerosos nacionales de su país se alistaron para combatir junto con 
los grupos terroristas en Siria.
En diálogo con el canal de televisión Russia Today, el 
ministro de Exteriores de la nación norteafricana explicó que grandes 
cantidades de armas han sido transferidas de su país a Siria, de forma 
directa o indirecta, las cuales calificó de “ayuda militar a los grupos armados”.
El martes, al reunirse en Moscú con el canciller ruso, Sergei Lavrov,
 Alaziz adujo que Trípoli apoyaba la solución de cualquier problema en 
el mundo sobre la base del respeto al derecho internacional y la 
soberanía e independencia de los Estados.
(Con información de Prensa Latina)
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